Antes de entrar de lleno en las fechas navideñas,
que por cierto, ya están aquí a la vuelta de la esquina… os dejamos unos
consejitos para nuestros queridos hijos, pequeños o grandes, pensamos que todos
deberíamos tener muy presente estas enseñanzas.
Desde el blog de Malasmadres, de nuevo la psicopedagoga
Sonia López nos habla de qué es verdaderamente importante (sigue el artículo
aquí).
Qué queremos de nuestr@s hij@s?
Que sean personas con sentido común y crítico,
además de buenas personas por supuesto. Muchas veces, nos dejamos llevar porque
aprendan, tengan conocimientos y se formen todo lo que puedan, sin duda algo
importantísimo en la vida. Pero en paralelo debemos transmitirles esos valores
en los que creemos y que son el complemento perfecto para su desarrollo
personal.
Que sean felices y sobre todo que les haga felices
lo que consigan en la vida es de las cosas más importantes que se puede querer.
A menudo basamos la educación de nuestros hijos en
proporcionarles la mayor cantidad de conocimientos posibles sin plantearnos si
éstos van a serles útiles a lo largo de sus vidas. Nos esforzamos a que
aprendan muchas matemáticas, ciencias o idiomas, llenamos sus agendas de
extraescolares que amplíen sus destrezas sin pensar si aquello que aprenden les
resulta significativo o motivador.
El principal propósito de la educación debería ser
CONTAGIAR el PLACER por VIVIR. Crear las condiciones necesarias para que
nuestros hijos puedan ser quienes ya son. Una educación centrada en despertar
en nuestros pequeños las ganas de aprender, de tomar la iniciativa, de
superarse y soñar grande.
Una educación basada en el desarrollo de una
inteligencia emocional que enseñe a nuestros pequeños a comprender, reconocer,
expresar y regular de manera adecuada sus propios sentimientos y los ajenos. A
tener una actitud positiva ante la vida considerando el error como una parte
esencial en el aprendizaje.
Deberíamos centrar nuestros esfuerzos en
encorajarlos a crecer en libertad, a descubrir el fascinante mundo que les
rodea, a arriesgar. A ser valientes, tenaces y trabajar duro para poder retar
la vida con descaro, para dibujar sus propios mapas.
Educar es guiar más que corregir, amar que
reprochar, acompañar que advertir. Conseguir que nuestros hijos sientan que les
apoyamos de forma incondicional, sin protegerles o allanarles el camino.
Es felicitar cada pequeño progreso sin condenar
los tropiezos, convirtiéndonos en el mejor modelo que puedan tener. Sin
esconder nuestros defectos, desde el respeto, el amor y grandes dosis de
paciencia.
Se educa con sentido del humor, con mucha
comprensión y diálogo. Ofreciéndoles tiempo compartido de calidad que potencie
su creatividad y curiosidad. Impulsando el talento, transmitiendo ilusión y
emoción. Regalando oportunidades, arropando los miedos, transmitiendo valores
que les haga mucho mejor.
A medida que tus hijos crecen empiezas a ser
consciente que lo realmente importante que deberían aprender es:
1-
Las ganas de vivir se entrenan cada día. Dándole una oportunidad a
cada nuevo amanecer, deseando avanzar a diario, creyendo que cada paso te
acerca a tu objetivo. Olvidando las veces que hayas tropezado, buscando los
mejores cómplices de viaje.
2-
Haz lo que te haga feliz con mucho exceso. Busca lo que te ilumine
la mirada, aquello que te toque el alma, eso que te robe el sueño a diario.
3-
Los deseos no se piden, se cumplen. Actúa, trabaja, traza puentes,
dibuja soluciones, empieza de nuevo las veces que sea necesario. Con firmeza y
coraje.
4-
Al final somos lo que nos atrevemos a intentar. Sin miedo a
probar, a fallar, a avanzar aunque los otros no lo entiendan. Aprendiendo de
cada tropiezo, siendo valientes, osados.
5-
Las excusas sólo valen para perder oportunidades. El mañana quizás
no exista, el presente es lo único debemos exprimir. Sin postergar, sin buscar
culpables, sin envidiar.
6-
Rodéate de personas que se alegren de cada uno de tus éxitos. Que
te ayuden a sumar, que te ofrezcan buenos consejos, que quieran participar en
cada uno de tus retos. Que te critiquen con la intención que mejores, que te
ayuden a ser más fuerte.
7-
Valora lo que tienes a diario. Da las gracias, muéstrate
agradecido, aprende lo que realmente es importante, ayuda a los que comparten
tus días.
8-
Cuando nadie te ve es cuando tienes que mostrar tu mejor versión.
Quiérete sin condición, con avaricia, mantén el compromiso contigo mismo a
diario. Sonríete ante el espejo con dulzura, aceptando tus imperfecciones.
9-
Sonreír aunque duela es la mejor forma de seguir. Acepta los
fracasos, los imprevistos, creyendo que a menudo los mejores comienzos aparecen
tras los peores finales.
10- Ganar por casualidad nunca será una buena opción. Trabaja sin
descanso, reajusta tu brújula las veces que sean necesarios, vive despierto.
Siente que mereces todo lo bueno que te pase.
Hij@ si quieres aprender algo importante,
aprende
a amar la vida con avaricia
No hay comentarios:
Publicar un comentario