¿Te cuesta que tu hijo se lave los dientes? ¿Cada día pasáis más de una hora persiguiéndole para que se duche? ¿Tu niño es de los que juran que se han lavado las manos y resulta que tiene las uñas negras? Si ya no sabes qué hacer para que tu hijo sea limpio y aseado, sigue los consejos que te damos, descubrirás que con paciencia e imaginación nada es imposible
La adopción de buenos hábitos debe fomentarse desde pequeños, ya que a los niños les proporciona seguridad y aceptación social y además les ayuda a prevenir ciertas enfermedades.
Pero lograr que nuestros hijos se laven las manos antes de comer o los dientes después, no siempre resulta tan sencillo y en el camino puedes encontrarte diversos obstáculos, pues los niños consideran la limpieza como un capricho de los padres. Es fundamental enseñarles desde sus primeros años y darles ejemplo.
¿Cómo lograr que lo haga él solo?
- Es fundamental que cada vez que se ponga en práctica el aseo sea un momento grato, por ejemplo, nunca hay que decirle al chico: "Si no te dejas bañar te castigaré", por el contrario, se le debe incitar de manera sutil: "¡Qué agradable es estar limpio y fresco! ¿Quieres ducharte?".
- Es muy importante que los padres muestren interés y alegría hacia estos hábitos, pues de esta manera los hijos inmediatamente los vincularán con algo bueno y adecuado, y no con una práctica pesada e incómoda.
- En la mayoría de los casos resulta de gran utilidad estimular a los niños al aseo diario recurriendo a la diversión. Así, desde que son bebés conviene hacerles reír mientras los bañas para que comiencen a asociarlo con sensaciones gratas.
- Cuando ya sean un poco mayores, explícales por qué es tan importante la higiene diaria y las ventajas de mantenerse limpios, entre las que figuran sensación de bienestar, buen olor corporal y prevención de enfermedades.
- Una manera más de enseñarle es jugando a limpiar a un muñeco. Por ejemplo, si tiene un osito y juega a darle de comer, pregúntale si le ha lavado las manos antes o los dientes al terminar y finge que lo hacéis juntos.
Lavarse las manos
Debes enseñarle desde muy pequeño a que se lave las manos después de ir al baño, antes de cada comida y cada vez que llegue a casa de la calle. La suciedad en las manos es causa de infecciones intestinales, en los ojos y en la boca. Es fundamental lavarse las manos a menudo y lograrlo no siempre es fácil. Cuanto más pequeños sean los niños, más fácil será que se les olvide hacerlo. Por eso es importante que te vean a ti hacerlo y decirlo. Cada vez que llegues con él de la calle o que vayáis a comer, recuérdale que hay que lavarse las manos y hazlo tú con él.
Explícale muy claramente qué pasos ha de seguir para que lo haga adecuadamente, cómo abrir el grifo, coger el jabón, frotarse las manitas, enjuagarse y secarse bien… todo lo que rodea el acto de lavarse las manos.
Compra un cepillo de uñas pequeñito, adecuado para sus manos y explícale cómo y cuándo se utiliza. Por ejemplo, cuando haya estado jugando con la tierra, que es cuando más suciedad entra en las uñas.
Trucos: No te olvides de colocar un taburete en el cuarto de baño para que él pueda usar más cómodamente el grifo.
Mantén sus uñas siempre cortas, así la suciedad penetrará peor.
Ducharse a diario
Cuando son muy pequeños eres tú quien tienes que ducharlos o bañarlos casi todos los días (todos desde que empiecen a andar y a jugar en el parque), pero a medida que se vayan haciendo mayores, enséñalos a frotarse y aclararse solos, para que a partir de los 5 o 6 años lo hagan sin tu ayuda, aunque estés cerca vigilando.
Como siempre, es importante que les expliques por qué hay que hacerlo a diario y los problemas que les puede causar no hacerlo, entre otros el mal olor corporal que puede provocar las burlas de otros compañeros y el aislamiento social. También debes enseñarle a usar desodorante después de ducharse. Aunque aún no sude ni huela igual que al llegar a la pubertad, cuanto antes coja el hábito, menos le costará cuando de verdad sea necesario su uso.
También deben ver que tú te duchas todos los días, ya que los niños de pequeños quieren ser como sus padres y te imitarán en todo.
Explícale cómo frotarse cada parte del cuerpo sin olvidarse nada (la espalda, las orejas, los pies, los genitales). Aunque al principio no lo hará muy bien y deberás frotarle tú también. Estas pautas le ayudarán en su aprendizaje.
La parte más complicada del baño llega al tener que lavar el pelo, ya que los niños lloran cuando se les mete jabón en el ojo, con los tirones de pelo, etc. Pero la higiene del cabello es fundamental para evitar piojos, caspa, picores, etc. Hasta que no tenga unos 10 años deberás ayudarle tú, ya que es lo más complicado para un niño. Enséñale cómo hacerlo y déjale practicar.
Truco: Aunque sea una niña, no le dejes el pelo muy largo, ya que será más difícil de peinar y de lavar. Compra champús anti-enredos para hacerlo más sencillo y menos doloroso.
Lavarse los dientes
Otra de las batallas de la mayoría de los padres: que se laven los dientes después de cada comida. La mayoría de los niños mienten cuando sus papás les preguntan sobre ello, así que no le creas si te dice rápidamente y sin pensar que sí lo ha hecho. Otras veces simplemente se olvidarán de hacerlo. Por eso es importante que en cuanto terminéis de comer le digas: “A lavarse los dientes”. Ayúdale tú a que haga de ello una rutina como recoger la mesa.
Cuando sea muy pequeño, hazlo tú con un cepillo especial o un paño limpio y un poco de agua. Es bueno que empiece desde los tres añitos a adquirir esta costumbre aunque tú tengas que terminar la tarea. Seguramente hasta los 7 años tendrás que ayudarle con la higiene dental. Un buen aseo bucal, aunque sean dientes de leche, es muy importante, ya que está demostrado que los defectos dentales y las caries pueden transmitirse a la dentadura definitiva.
Truco: Si tu hijo come en el comedor del colegio, prepárale un neceser con un cepillo de dientes pequeño y un tubo de pasta dentífrica para que se lave los dientes en el cole. Cada vez son más las escuelas que obligan a los niños a lavarse después de la comida.
La ropa y los juguetes
Es normal que los niños pequeños se manchen la ropa frecuentemente y que les tengas que cambiar todos los días. Los niños deberán llevar ropas cómodas, no muy ajustadas, de fácil lavado y adecuadas a cada momento y situación del día. Se debe tener en cuenta la temperatura ambiente y llevar ropas adaptadas a la misma.
Los zapatos deben ser cómodos y adecuados al tamaño del pie. Para mantener la higiene y duración del calzado conviene limpiar, cepillar y airear los zapatos con regularidad. Son cuidados que colaboran para evitar también el mal olor en los pies. Limpia con tu hijo los zapatos haciendo de ello algo divertido, no pongas malas caras ni digas frases como: “Venga, vamos a lavar los zapatos aunque no nos apetezca”. Si de primeras le dices que en realidad no te apetece, es difícil que le convenzas a él de hacerlo.
Enséñalos a cambiarse de pijama a menudo, a echar ellos mismos la ropa a lavar si la han ensuciado de comida u otro producto y a cambiar la muda y los calcetines todos los días.
Los juguetes también pueden mancharse, sobre todo si los llevan al parque. Es imposible impedir que se manchen mientras juegan, pero aún así debemos evitar:
- Jugar en lugares donde se acumulen basuras y desperdicios.
- Tocar objetos punzantes o que representen peligro.
- Jugar en zonas donde haya aguas estancadas.
- Beber aguas sucias o no potables.
- Chupar pegamentos.
- Jugar en zonas de terreno con pozos, cuevas, cambios bruscos de altura o lugares próximos a carreteras...
Truco: Enséñale a lavar los juguetes al volver de la calle, ya que los niños tienen tendencia a llevárselos a la boca después de haberlos arrastrado por el suelo y la arena del parque.
Las mascotas
La higiene de tu hijo va también ligada a su mascota. Tener un animal es beneficioso para un niño, ya que lo ayuda a ser más sociable y afectivo, pero es muy importante que la mascota esté siempre limpia y sana, ya que puede transmitir infecciones al niño.
El cuidar y lavar a su mascota le enseñará a ser más higiénico con él mismo y más responsable. Explícale que para su perro o gato es igual de importante que para él mantener una higiene adecuada y que te ayude en las tareas como darle de comer, llevarle al veterinario, sacarlo a pasear, etc.
Fuente: Higiene personal, cómo enseñar normas de aseo a los niños; Pat Crissey. El primer año de tu hijo; Dr. Jamil Ajram y Dra. Rosa María Tarés.
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