La indefensión aprendida se produce cuando el niño
asume que haga lo que haga, no puede cambiar la realidad que le rodea. Es un
estado psicológico que consiste en no hacer nada para evitar el sufrimiento o
la situación dolorosa o aversiva (desagradable). Es decir, la víctima se
“resigna” al maltrato y no hace nada para evitarlo porque ha adquirido la
creencia de que nada de lo que haga cambiará el resultado: la víctima puede
llegar a justificar el maltrato, a pensar que lo merece, se culpa. La
autoestima se daña tanto que cree merecer lo que le está ocurriendo.
Nosotros, los padres, podemos y debemos educar
para hacer que nuestros hijos sean menos vulnerables a este estado psicológico.
En este esquema en particular, no inocular indefensión aprendida en un niño
tendría que ver con la coherencia, la incondicionalidad afectiva, el
aprendizaje de estrategias de afrontamiento, la ausencia de miedo a las figuras
de apego o parentales, la sustitución de la culpa por la responsabilidad, la
motivación de logro y sobre todo la percepción de competencia.
El propio Seligman defiende que los niños
necesitan fracasar. Necesitan sentirse tristes, enfadados, frustrados. Sostiene
que cuando les protegemos de sentir estas emociones, les privamos de aprender a
perseverar… además, les privamos de aprender a sentirse competentes, dueños de
sí mismos y de sus vidas.
Y también necesitan desarrollar el criterio y la
elección. Cuando los estilos educativos son muy paternalistas (yo decido lo que
es bueno para ti, sin ti) o muy autoritarios (te prohíbo lo que creo que no
debes hacer, porque yo lo digo) bloquean el desarrollo de habilidades imprescindibles
como el criterio, la crítica y la elección. Y esto se aprende en casa, cuando
nosotros como padres les estimulamos dejando que elijan aquello que pueden
elegir (y que suele ser mucho más de lo que a priori pensamos) y que desde
luego, asuman las consecuencias que se derivan de su elección; cuando negocio y
explico los límites e incluso cuando permito que sea el niño quien encuentre la
solución a un conflicto y la ponga en marcha probando su manera de influir en
las cosas.
No os perdáis este interesante artículo, lo encontraréis completo en el
siguiente enlace, esto y mucho más sobre este tema. Esperamos que
sea de ayuda y utilidad… nos queda mucho camino por recorrer y mucho por
aprender.
Un saludo,
AMPA
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